En la termodinámica, a la parte macroscópica del universo objeto de estudio se le llama sistema. A las partes del universo que pueden interaccionar con el sistema se les denomina alrededores.
Por ejemplo, para estudiar la presión de vapor del agua en función de la temperatura, podríamos poner un recipiente cerrado con agua (donde se haya eliminado el aire) en un baño a temperatura constante, y conectar un manómetro al recipiente para medir la presión.
En este caso, el sistema está compuesto por el agua líquida y el vapor de agua dentro del recipiente, y los alrededores son el baño a temperatura constante y el mercurio del manómetro.
Un sistema abierto es aquel en el que se puede transferir materia entre el sistema y los alrededores. Un sistema cerrado es aquel en el que no es posible tal transferencia de materia. Un sistema aislado es el que no interacciona de ninguna forma con sus alrededores. Obviamente, un sistema aislado es un sistema cerrado, pero no todos los sistemas cerrados son aislados. Por ejemplo, en el sistema de agua líquida más vapor en el recipiente sellado es un sistema cerrado (ya que no puede entrar ni salir materia), pero no aislado (pues puede calentarse o enfriarse con el baño que le rodea, y puede comprimirse o expandirse por medio del mercurio). En un sistema aislado no puede darse transferencia de materia ni de energía entre el sistema y los alrededores. En un sistema cerrado es posible transferir energía, pero no materia, entre el sistema y los alrededores. En uno abierto pueden intercambiarse tanto materia como energía.
Un sistema termodinámico es abierto o cerrado y es aislado o no aislado. La mayor parte de las veces trataremos con sistemas cerrados.
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